viernes, 7 de agosto de 2009

Ranrapalca 6,162 msnm

Por Fabiola Pineda


Que si vamos, que siempre no... la salida de México era un caos y mientras la temporada de escalada en Perú avanzaba, nuestro sueño se desmoronaba... Tanto entrenar y para que? Ahora el entusiasmo estaba por los suelos...


Por fin salimos de esta complicada ciudad y los días pasaron rápido, de pronto nos vimos en el Campo Base de la Quebrada Ishinca con el ánimo y la ambición a tope. Esa misma noche salimos para aclimatar en el Toqllaraju de 6030m, una fuerte nevada y un accidente dos días antes hizo que fueramos la única cordada ese día, sin embargo tuvimos que ascender por la ruta normal y unos metros antes de la cumbre regresar, debido a una gran grieta que nos impedia pararnos en ella...



Descansamos un día y el objetivo real era el Ranrapalca que es muy poco frecuentado debido a su dificultad y exposición, planeamos muchas estrategias pero al final decidimos arriesgar todo por el "rapido y ligero", escalariamos toda la noche y con eso minimizariamos el riesgo de la caída de seracs y avalanchas por las nevadas anteriores. Salimos a las 10:30pm con el equipo repartido en los 3 integrantes de la cordada, nos acercamos con tenis y sólo 1 litro y medio de agua con red bull por persona, nos moviamos rápido y llegamos al collado como a las 2 am. Comenzamos a escalar la Cara NE por donde vimos posible, sin embargo no creímos nuestra suerte... había penitentes en los tres largos de rampa de 65 grados y pudimos hacer todo en simultáneo y con las grietas tapadas, era increible! sólo faltaba lo más duro un mixto con un serac en los 

extremos.


Juan escaló ese tramo en unas condiciones bastante expuestas por fin terminó la ruta y la cumbre a unos pasos era espectacular... "Venimos a escalar y ya lo hicimos, vamonos antes de que se caiga esta madre y no podamos ir a otra" dijo Daniel, mientras veíamos como la temperatura aumentaba con el sol de la mañana. 


Fueron 3 largos rapeles donde tuvimos que abandonar equipo y destrepamos otro poco, hasta el collado donde por fin nos sentimos seguros. Fue un largo descenso pero me encanta la cara de las personas que me preguntan de que montaña vengo...


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